La política municipal a veces no es política, y es que la mayoría de las ocasiones lo que requiere la gestión municipal son cuestiones del día a día de los ciudadanos, que nada tienen que ver con la ideología sino con la gestión. Y no es que los representantes políticos no puedan aplicar medidas políticas, de mejora de las condiciones de los ciudadanos, sino que esto pasa a segundo plano la mayoría de las veces por las prisas en aprobaciones de, licencias de obras, cuestiones de urbanismo, seguridad local o concursos de servicios externos. Si esto es así para la oposición, no digamos para el equipo de gobierno, que es con lo que trata habitualmente.
Solo existe el Alcalde, pues una vez terminadas las elecciones, para la política municipal el resto de representantes públicos pasa a segundo plano. Desde la investidura la única figura visible pasa a ser la del Alcalde, por mucho que la oposición se empeñe en ser determinantes en la política del municipio, y esto es así tanto para los medios de comunicación como para los vecinos.